miércoles, 27 de abril de 2011

CRÓNICAS DE ESCANDINAVIA (Vol.XIII: Cómo sobreviví a los samis y a -30 grados)

Una vez más, mi ambición no tiene límites y la Laponia sueca me había sabido a poco en Agosto, con sus grados positivos, su color verde...por tanto, decidí que tendría que regresar en la semana más fría de todo el año para darle más aventura al asunto. En realidad, coincidió así porque si llego a saber lo que me esperaba no hubiera accedido a tal locura. Sin embargo, mi pasión por la naturaleza y las auroras boreales me obligaron, en realidad yo no quería...
A escasos 300 kilómetros ya estábamos cruzando el círculo polar y mientras tanto, el termómetro bajaba y bajaba. Ya no eran -20 eran -28...
Círculo polar ártico
Tras más de diez horas sentados, cansados de la misma música y aterrándonos por el signo negativo de la temperatura, llegamos a nuestro hostal en Kiruna. Una casita típica de la zona y a escasos metros del centro de la ciudad.
Se trata de un hostal para gente jóven y los precios van a juego con su decoración y calidad. Absténganse maníacos y demás. Un lugar para pasar una noche después de un viaje agotador.

Yellow house Kiruna


A la mañana siguiente, nos vino a buscar Henrik, un sami poco hablador, para llevarnos a nuestro viaje de verdad. Aunque pensábamos que íbamos a estar solos, una pareja de franceses se montan con nosotros. Pero ahí no acababa la compañía: un grupo de 20 y tantos estudiantes se apuntaban también al carro.
A pesar de todos estos imprevistos, el viaje aún así seguía prometiendo bastante...
Northern ligths tour

Después de tenernos más de hora y media esperando en el frío a que todos los niños se abrigaran (nosotros ya llevábamos todo preparado, pero si no los samis te proporcionan ropa de abrigo). Nos montaron en unos remolques tirados por motos de nieve...
En las motos de nieve
La suma de frío me indujo a un proceso de congelación y de rabia bastante serios. En realidad quería marcharme y mandar al traste al sami de turno. Sin embargo, cuando vi el lugar dónde íbamos a dormir, parece que la pérdida de algún apéndice de mi cuerpo ya no era tan importante...
Northern ligths tour cabins
Tras descongelarnos y comer un poquito de RENO, decidimos dar un paseo por los alrededores y esto fue lo que encontramos:
TÍPICO PERRETE ESCANDINAVO
Reno escandinavo
Aunque son más grandes de lo normal, son muy cariñosos y a penas ladran. Si te cansas de ellos siempre puedes hacerte una sopa (NOOO) Tuve un discusión bastante encendida con el sami de turno acerca de su "amor" para con los animales.

TIERRA DE NADIE

Northern ligths tour view
Tras caminar largo y tendido, descubrimos lugares escondidos que para mí me parecieron impresionantes. Podría llenar párrafos y párrafos pero creo que todavía hay muchas más cosas que aportar. Se me había olvidado que, durante la comida, conocimos a un gallego: Andrés que estudia física en Uppsala. La ilusión que sentí al encontrar a un compatriota en tal paraje perdido fue enorme. 
Northern ligths tour view
 A la hora de la cena, iphone en mano, la conversación que rondaba en todas las mesas, era la misma: ¿Auroras boreales o no auroras boreales? A pesar de que Jaime y yo habíamos imaginado tal fenómeno en Umeå días atrás y momento en el que casi morimos congelados, seguíamos inquietos por ver lo que realmente eran las luces del norte. El botón "actualizar" del iphone estaba que echaba chispas y parece ser que la noche iba a estar amenizada por colores verdes...
Northern ligths in Kiruna
 Sobre las nueve de la noche el cielo nos empezó a regalar auroras. Pero, sin duda, las mejores auroras aparecieron cuando todos los curiosos se fueron a la cama y sólo nos quedamos los valientes: Andrés, Jaime y yo.
Northern ligths in Kiruna
 A la mañana siguientes. Tras haber pasado una noche muerta de frío, descubrí que los franceses habían estado durmiendo de lo lindo en las literas de arriba. ¡Malditos! Llegaba la hora de irse y tras una sesión de fotos nos montamos en las motos de nieve rumbo a la realidad...
Snowmobile in northern ligths tour
Nos despedía la inmensidad con un día espléndido para todavía admirar con más envidia el magnífico paisaje que abandonábamos poco a poco...Jamás se me olvidará la ilusión con la que corrí hacia los huskeys. La sonrisa inborrable que teníamos los dos en aquel paraje, sin saber nada del mundo. Siendo felices, otro poquito más...
Dogsleding in northern ligths tour


Dogsleding in northern ligths tour
¿Cómo disfrutar de laponia a un precio razonable?: Northern ligths tour


Y hasta aquí una nueva aventura escandinava...










No hay comentarios:

Publicar un comentario