lunes, 30 de agosto de 2010

I had a farm in Africa

"Yo tenía una granja en África"...Si Karen Blixen abriera sus ojos por un instante estoy segura de que hoy más que nunca se sentiría orgullosa de haber formado parte de aquellos occidentales que soñaron con el continente color café. Aquellos emprendedores que olvidaron el color de sus pieles y se sentaron junto a los Samburu o los Masai a cenar una noche y escucharon sus lamentos. Agosto del año 2010 será recordado como la revolución de los azabache, el inicio de la libertad sin condiciones, ni agravantes, tan sólo libertad.
Esta vez en Kenia, el voto ha callado a la escopeta y ha teñido las calles con nuevos aires para que todos y cada uno de sus ciudadanos puedan respirar finalmente, en paz. 
Ojalá y esta tierra tan amada por muchos, entre los que me incluyo, sea capaz de hacerse un hueco en el mundo y poner un punto y final a todas sus miserias. Sé que es apuntar demasiado alto, pero quien no arriesga no gana y creo que Kenia es un ejemplo de superación para sus vecinos, para sus enemigos y para toda la humanidad.
No puedo sino expresar mi emoción ante tal noticia que parece no haber tenido mucho alcance al nivel mundial. Me apoyo en los diferentes periódicos globales que apenas han dedicado unas diez líneas a esta buenanueva. Me parece indignante que la nueva constitución keniana no tenga el derecho de aparecer en primera plana junto a la nueva venta de Ibrahimovic al Milán. Me duele en el alma que no tengamos ni siquiera un espacio dedicado a los países emergentes o en desarrollo y esto no hace más que afianzar el concepto de que los periódicos y las noticias televisivas no son más que el puro reflejo de los intereses de los poderosos, de los que gobiernan el mundo o creen que lo hacen. 
Siento formar parte de esa minoría que aspira a que gente como los kenianos saboreen los derechos que yo ahora mismo comparto y puedan aspirar a los mismos sueños.
Cuando pisas tierra africana y te sientas un segundo a admirar todo lo que tu vista alcanza, la energía que fluye en tu cuerpo es absolutamente distinta a nada que hubieras experimentado antes, y entonces, ya no quieres volver a tu mundo y sólo deseas que ese sueño que estás viviendo jamás se desvanezca. Por eso, rezas a quién quiera que surque los cielos y le ruegas en silencio que esa gente que ahora son también tu gente puedan vivir en armonía con sus prados, sus ríos, sus leones... Y te juzgas a ti mismo, te culpas y sólo deseas que aquellos sentimientos de odio, venganza y sumisión desaparezcan pronto de ese continente color café al que adorarás de por vida. 
Yo formo parte de ese 67,25% que dijo "sí" a una nueva constitución en Kenia, quizás, no como votante pero sí de corazón. Yo soy una keniana más en cuánto a la lucha por la libertad se refiere. Y les juro que se me erizó el vello cuando mi madre pronunció democracia, libertad, constitución y Kenia en la misma frase. Creo que Shakira tiene razón cuando tararea: "This time for Africa..." 
Señores estamos ante la revolución de los sumidos, un cambio climático sin precedentes y no biológicamente sino humanamente. Abrochénse los cinturones muy fuerte porque lo que van a ver seguramente no sea de su agrado porque van a tener que compartir mundo con los africanos y parece que no se van a contentar con las migajas del día anterior. 
"Jambo" libertad como solemos decir en Kenia. Desde este momento, los corruptos hacen sus maletas rumbo a otras tierras, desde hoy sólo el keniano escribirá su historia. ¡Enhorabuena mis cocuyos, jamás lo hubiera imaginado mejor!

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